Una película que se centra en el sustentador de la familia y su familia, un homenaje a los héroes anónimos que llevan el peso de los sueños de sus seres queridos sobre sus hombros. Es difícil explicar cómo me sentí al ver la película, pero con el debido respeto al elenco y al equipo de la película, quiero agradecer a quienes escribieron esta obra maestra. Para mí, los ojos de un filipino son una revelación de que trabajar en el extranjero, lejos de tu familia, no es algo fácil de hacer, especialmente cuando tienes una familia entera que depende de ti. Siendo yo mismo un OFW, podría decir que algunas de las escenas en las que Vice está en Taiwán son reales. Aunque no lo experimente yo mismo, algunos de mis compañeros de trabajo trabajarían día y noche para mantener a sus familias, y me parto de risa cada vez. Espero que algún día los filipinos se den cuenta de que los OFW no son sus cajeros automáticos. Su dinero es ilimitado, el futuro tampoco está prometido. Las visas pueden expirar y terminar en cualquier momento, y si eso sucede, ¿qué les deparará el futuro?